11 - Oh frágil ser humano, ceniza de cenizas y podredumbre de podredumbre: habla y escribe lo que ves y escuchas.
12 - Por lo tanto tu, oh, hombre., di las cosas que veas y oigas; y escríbelas no según tu parecer ni según el de otro hombre, sino según la voluntad del que sabe, el que ve y el que dispone todas las cosas en los secretos de sus misterios.
13 - El hombre se fortifica con el fuego del Espíritu Santo uniéndose a Dios en el amoroso deseo del alma y se debilita por la inercia del error y la negligencia.
14 - Oh, pequeñita forma, encomienda estas cosas que ves con los ojos interiores y que percibes con los oídos interiores del alma, para que también los hombres comprendan a su creador a través de ella y no rehúyan venerarlo con digno honor.
15 - Se leer en el nivel mas elemental. Por favor, dame tu opinión sobre estas cosas, porque soy ignorante y sin experiencia en las cosas materiales y solamente se me ha instruido interiormente en mi espíritu. De ahí mi habla vacilante.
16 - Por medio de esta visión, que toco mi corazón y mi alma como una llama quemante, me fueron mostradas cosas profundísimas. Sin embargo, no recibí estas enseñanzas en alemán, en el cual nunca he tenido instrucción.
17 - Oh Padre rectísimo y dulcísimo, escucha en tu bondad a tu indigna sirvienta, a mi que, desde la infancia, jamás he vivido segura. Quiero, Padre, que por el amor de Dios me recuerdes en tus oraciones.
18 - Desdichada, y aun mas desdichada en mi condición mujeril, desde mi infancia he visto grandes maravillas que mi lengua no puede expresar, pero que el Espíritu de Dios me ha enseñado que debo creer.
19 - El cuerpo es verdadero vestido del espíritu, el cual posee una voz viviente, para que de esta manera el cuerpo con el alma, use su voz para cantar las alabanzas de Dios.
20 - Huye de la abyección, oh rey, se un soldado, un caballero armado, aquel que combate valientemente al demonio, para no dispersarte y para que tu reino terrestre no sufra por ello.
21 - Pobre alma, hija de tantas miserias. Estas como calcinada por tantos y tan crueles sufrimientos físicos. Sin embargo, todavía te invade el flujo abismal de los misterios de Dios.
22 - Oh, pequeñita forma, encomienda estas cosas que ves con los ojos interiores y que percibes con los oídos interiores del alma, a la escritura firme para utilidad de los hombres.
23 - Padre, estoy profundamente perturbada por una visión que se me ha aparecido por medio de una revelación divina y que no he visto con mis ojos carnales, sino solamente en mi espíritu.
24 - No oigo estas cosas ni con los oídos corporales ni con los pensamientos de mi corazón, ni percibo nada por el encuentro de mis cinco sentidos, sino en el alma, con los ojos exteriores abiertos, de tal manera que nunca he sufrido la ausencia del éxtasis.