La iluminación espiritual

Igualdad ni la desigualdad

OSHO

Imagen; Igualdad ni la desigualdad; Osho

CADA INDIVIDUO ES UN SER ÚNICO

Yo no predico ni la igualdad ni la desigualdad, predico la singularidad.

Yo no predico ni la igualdad ni la desigualdad, predico la singularidad. Cada individuo es único y debe ser respetado en su unicidad. Dado que todo individuo es único, el derecho de nacimiento debería ser la igualdad de oportunidades para desarrollar tu unicidad. Es un hecho muy simple y evidente. Han pasado dos mil años y todavía no habéis sido capaces de crear otro Jesucristo. Han pasado veinticinco siglos y todavía no habéis sido capaces de crear otro Gautama Buda. ¿Y todavía seguís afirmando que todos los hombres son iguales? Cada individuo es único y habría que respetarlo como si fuese un mundo. No es ni inferior ni superior a nadie; es sencillamente él mismo. Su belleza está en su soledad. Ya no eres una multitud, una masa; eres tú mismo.

Es difícil imaginarse que una palabra tan bella haya sido tan mal utilizada. Esa palabra es igualdad.

Algunos pensadores sostienen que la meta de los seres humanos es la igualdad. Para contradecirlos, la ONU declara que la igualdad es el derecho de nacimiento del hombre. Pero nadie se molesta en ver que los hombres no son iguales, que nunca lo han sido.

Esto es absolutamente anti psicológico. Cada hombre es único.

En el momento en que sois todos iguales; ya no eres tú mismo, sino solo una radio en la rueda. Yo no enseño ni igualdad, ni desigualdad. Yo enseño singularidad. Cada individuo es único y necesita ser respetado en su singularidad. Puesto que todo individuo es único, el derecho de nacimiento debería ser: igualdad de oportunidades para el desarrollo de su singularidad.

Un Mundo de Comunidades

Mi visión de un mundo nuevo, un mundo de comunidades, significa un mundo sin naciones, sin grandes ciudades, sin familias, pero con millones de pequeñas comunidades esparcidas por toda la tierra en bosques tupidos, en exuberantes bosques, en montañas, en islas. La comunidad más pequeña manejable puede ser de cinco mil personas, y la comunidad más grande puede ser de cincuenta mil personas. Desde cinco mil a cincuenta mil – más que eso no será manejable; ahí aparece el tema de la ley y del orden, de la policía, de la corte, y por ende todos los criminales del pasado reaparecerán.

Una comuna es una declaración de una vida no-ambiciosa, de igual oportunidad para todos. Pero recuerda mis diferencias con Karl Marx: yo no estoy a favor de imponer la igualdad entre la gente, porque esa es una tarea psicológicamente imposible – y cuando haces algo contra la naturaleza, ello se torna destructivo y venenoso.

No hay dos hombres iguales.

Se me puede malentender muy fácilmente, así que trata de entender mi punto de vista claramente. Yo no estoy a favor de la igualdad, ¡pero tampoco estoy a favor de la desigualdad! Estoy a favor de crear oportunidades iguales para que todos puedan ser ellos mismos. En otras palabras: en mi visión, cada individuo es igualmente único.

El problema de la igualdad o la inigualdad no surge, porque dos individuos no son iguales.

No pueden ser comparados. Una verdadera comunidad, un verdadero comunismo, creará oportunidades iguales para el crecimiento, pero aceptará la unicidad de cada individuo. Una comuna significa que hemos unido todas nuestras energías, todo nuestro dinero – todo en una fuente única que se irá encargando de todas las personas.

Deberá existir absoluta libertad de expresión en palabras o en creatividad. Cada individuo debe de ser respetado tal como es, no de acuerdo a ningún ideal. Sus necesidades básicas deben de ser cubiertas por la comuna, y al enriquecerse la comuna, a cada individuo se le debe de proveer de mayor confort, de mayor lujo – porque yo no estoy en contra del lujo ni el confort. Yo no soy un sádico, y no quiero que la gente sea torturado bajo un nombre hermoso. En el nombre de la religión o en el nombre del socialismo nadie debe de ser sacrificado; ningún tipo de auto-tortura debe recibir apoyo.

El hombre esta aquí para gozar, para vivir una vida con tanta belleza, paz, y confort posible.

Yo estoy absolutamente por aquellos inventos progresivos que hacen más feliz al hombre, para que viva más, sea más joven, más sano, y que convierta a su vida más en un juego, un goce, y menos en un viaje tortuoso desde la cuna al sepulcro.

Yo soy enteramente pro-riqueza – pero toda la riqueza será de la comuna. Al enriquecerse la comuna, cada individuo se enriquecerá. Estoy en contra de la pobreza, yo no le rindo culto a la pobreza. No veo nada espiritual en ser pobre, es absoluta estupidez. La pobreza no es espiritual, ni la enfermedad es espiritual, ni el hambre es espiritual. Una comuna debe vivir de tal manera que se enriquece más y más, de tal manera que no produce demasiados niños, que no produce un exceso de gente, porque la sobrepoblación inevitablemente creará mendigos, creará huérfanos. Cuando existen huérfanos, están las Madres Teresas listas a convertirlos al Catolicismo.

Todas las comunas deben ser interdependientes, pero no intercambiarán dinero.

El dinero debe de ser disuelto. Ha causado un daño enorme a la humanidad – es hora de despedirlo, porque el dinero puede ser acumulado. Si una comuna es más rica que otra, entonces por la puerta trasera entra la dualidad pobreza/riqueza y toda la pesadilla del capitalismo, las clases de los ricos y los pobres, el deseo de dominar. Porque eres rico, puedes esclavizar a otras comunas. El dinero es uno de los enemigos del hombre.

Las comunidades harán intercambios. Transmitirán por sus equipos de radio que tienen tal producto disponible. Cualquiera que tenga ciertos otros productos los pueden contactar, y las cosas se pueden intercambiar en forma amistosa; no hay regateos, no hay explotación. Pero la comuna no debe de llegar a ser muy grande, porque ser grande también es peligroso.

El criterio para la comuna de cuán grande debe ser, es que todos se conozcan; ése debe de ser el límite. Una vez que se cruza ese límite, la comuna debe dividirse en dos. Tal como dos hermanos se separan, cuando una comuna llega a ser muy grande, se divide a sí misma en dos comunas, dos comunas hermanas. Habrá una profunda interdependencia, compartiendo ideas y destrezas, sin ninguna de esas actitudes que surgen de la posesividad – como el nacionalismo y el fanatismo. No debe haber nada de que ser fanático. No habrá razón para que exista una nación.

Un grupo pequeño de personas puede gozar la vida más fácilmente, porque tener tantos amigos, tantos conocidos, es una alegría en sí mismo.

Mi idea de una comuna es, el vivir en pequeños grupos, lo cual te da suficiente espacio, a la vez vives en una relación cercana, amorosa. Tus niños son cuidados por la comuna, tus necesidades son cubiertas por la comuna, tus necesidades médicas son cubiertas por la comuna. La comuna se convierte en la auténtica familia sin las enfermedades que las familias han creado en el pasado. Será una familia suelta, abierta, en constante movimiento.

No existe el tema del matrimonio ni del divorcio.

Si dos personas quieren estar juntas, pueden estarlo, y si un día ya no quieren estar juntos, eso esta perfectamente bien. Fue su propia decisión estar juntos, ahora pueden elegir otros amigos. De hecho, en una sola vida ¿porqué no vivir varias vidas? ¿Porqué no enriquecerla? ¿Porqué debe un hombre apegarse a la mujer, o la mujer a un hombre a no ser que gocen tanto el uno con el otro que quieren estar juntos toda su vida?

Pero al mirar al mundo, la situación esta clara: la gente quiere independizarse de su familia; los niños desean independizarse de sus familias. En una comuna, no hay para que producir un alboroto. Puedes decir adiós en cualquier momento, y puedes seguir siendo amigos. Será una vida más plena, habrás conocido a muchos hombres y muchas mujeres. Cada hombre es único, cada mujer es única.

A los mayores se les respetará y amará por sus experiencias.

Los mayores serán los maestros, los guías. La vejez no se considerará como algo feo, sino algo de inmensa gracia. Uno ha pasado más allá de toda la tontera infantil y la juvenil; uno ha llegado a ser centrado y silencioso después de una vida de meditación. Ellos te enseñarán a cómo morir – porque cuando ellos mueran, lo harán con tanta gracia y alegría. Éste será su ultimo regalo a la comunidad.

El mundo entero deberá ser una humanidad, solamente dividida en pequeñas comunidades por un asunto práctico. Sin fanatismo, ni racismo, ni nacionalismo –entonces, por primera vez, nosotros podemos eliminar la idea de las guerras. Podemos hacer, en forma honesta, que la vida valga la pena de ser vivida, de ser gozada – jugando, meditando, siendo creativo – y darle a cada hombre y a cada mujer igual oportunidad para crecer y llevar su potencial al florecimiento.


RELACIONADOS

«Igualdad ni la desigualdad»