La iluminación espiritual

Frases Suerte

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Pensar en esta situación me provoca una suerte de angustia esperanzadora. Angustia, por descubrir que estamos frente a una realidad abrumadora capaz de despertar los más primales impulsos por la supervivencia individualista. Esperanzadora por que creo que solo nueva forma de ver la realidad y de actuar, más colaborativa y basada en crear una cultura de comunidad humana solidaria serán el único resguardo que asegure la sostenibilidad de la nuestra especie. El día que se confirme que hemos alcanzado el peak del petróleo deberemos replantearnos si nuestros modos de vida pueden realmente continuar así, con esta creciente dependencia del consumo y la dilapidación. El mundo habrá cambiado para siempre.

Un hombre, cualquier hombre, merece cuanto les toca en suerte a los hombres: alegría, dolor, tristeza y lucha. No importa la naturaleza de sus actos, siempre y cuando actué como guerrero.

Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es mas que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.

La felicidad en el matrimonio depende enteramente de la suerte.

El secreto de la eterna juventud sin duda reside en la suerte pero si cuidamos nuestra alimentación tendremos muchas mas posibilidades de conseguirlo.

Cuando tengo preocupaciones, miedos o una historia de amor, tengo la suerte de ser capaz de transformarlo en un poema.

La suerte favorece solo a la mente preparada.

Con suerte, Estados Unidos realmente tendrá una idea de como se puede hacer justicia en este país. Y con suerte, olvidaran el juicio de Simpson.

La única mala suerte que le puede perseguir es su constante y repetido pensamiento de temor. Rómpala, sabiendo que cualquier cosa que empiece debe terminarla. Imagínese el final feliz y sosténgalo con toda confianza.

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, si no con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

El estado de animo decide la suerte de las personas, en lugar de ser la suerte la que decide el estado de animo.

Tuve mala suerte, igual que mi país.

El poder pone siempre al alcance del guerrero un centímetro cubico de suerte. El arte del guerrero consiste en ser permanentemente fluido para poderlo atrapar.

La grandeza del Maestro sobrepasa todas las palabras; incalculable es la buena suerte del discípulo.

Tuve suerte porque 1960 fue bisiesto y pude ser campeón un día más. Pero eso no me preocupa, porque el título de campeón es provisional, mientras que el de ex-campeón es eterno.

Tuve suerte en que cuando llego la oportunidad, estaba preparado para enfrentarla.

Duele verte con un tipo al que le faltan las ideas, y le sobran argumentos. Duele verte anestesiada, porque así se dio la cosa, porque así quiso tu suerte.

Aquel que es modesto y se conforma con su suerte; aquel que es justo; aquel cuyo espíritu esta henchido de resignación y de paz.

Con suerte, América realmente tener una idea de como se haga justicia en este país. Y es de esperar, se olvidaran del juicio Simpson.

Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a si mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital.

La suerte es el pretexto de los fracasados.

Tu alma y tu sois inmortales, tanto si te gusta como si no. Puedes elegir es que influya de una forma positiva o dejar a la suerte. Es evidente, que la persona espiritualmente inteligente elija la primera de estas opciones.

La superstición trae mala suerte.

Donde dormirá esta noche ese pobre viejo, el que vaga por la calle sin tener morada, con la suerte consumida como su pellejo, con las manos abatidas, como su mirada.

Hay algunos que se merecen un buen golpe, pero ellos mismos se dan el golpe, las violaciones al amor se pagan multiplicadas. El sufrimiento que hay en tantas partes mala suerte esa es la manera de pagar las violaciones al amor, y de muchas mas maneras.

Las oportunidades y la suerte siempre visitan a las personas.

Al explicar el pasado y predecir el futuro, nos concentramos en el papel causal de la aptitud e ignoramos el papel de la suerte. De ahí que fácilmente incurramos en la ilusión del control.

Recuerda que a veces no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte.

El poder personal es un sentimiento. Algo así como tener suerte. O podríamos llamarlo un talante, un animo. El poder personal es algo que se adquiere a través de toda una vida de lucha.

Es una pena que precisamente con los mejores se tenga tan mala suerte.

La suerte, es la fuerza alterna donde no hay control.

La mitad de la vida es suerte, la otra disciplina y esta es decisiva ya que, sin disciplina, no se sabría por donde empezar con la suerte.

Confórmate con tu suerte, es el secreto de la felicidad.

La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte.

No conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte. No lograr lo que quieres es una oportunidad de lograr otras cosas.

Pese a estas razones, no faltan las justificaciones de la desigualdad. La primera de ellas viene a decir que la gente tiene lo que se merece. Así como el rico merece su riqueza, premio a su emprendedor dinamismo, el pobre -por su falta de aptitud y esfuerzo- merece su opuesto destino social. Así como el leal y eficiente trabajador merece conservar su empleo, así el que lo pierde merece el escarmiento del paro, en el que merecerá quedarse si no muestra suficiente capacidad y buena disposición para la búsqueda activa de otro empleo. Oportunidades no faltan, solo hay que saberlas buscar. Esta justificación meritocrática de la desigualdad es tan demagógicamente falsa como cierto es el hecho de que nadie merece moralmente ni su azar genético ni su azar social, de por sí muy desigualmente distribuidos. Nadie merece moralmente la familia que le ha tocado en suerte, rica o pobre, decente o depravada, ni, por tanto, las oportunidades -favorables o no- que la familia pueda brindarle. Y lo mismo cabe decir de los talentos -pocos o muchos- con los que uno viene al mundo: nadie los merece moralmente.

No debemos arrojar la toalla, siempre puede acompañarnos la suerte.

La suerte es una flecha lanzada que hace blanco en el que menos la espera.

Que suerte he tenido de nacer, para estrechar la mano de un amigo y poder asistir como testigo al prodigio de cada amanecer.

Sabía usted que en Dinamarca se suelen tirar platos viejos a las puertas de los amigos, significa que cuantos mas platos rotos tengas, mas gente te quiere y mas suerte tendrás.

Sin embargo todavía dudo de esta buena suerte, porque el cielo de tenerte me parece fantasía.

Has venido al mundo para enriquecerte con experiencias y, con un poco de suerte, quizás esta vida sea la ultima… antes de alcanzar el nirvana.

La mayoría de la gente ofrece la mayor parte de sus pensamientos en respuesta a lo que están observando, facturas en el correo, llegar tarde, tener mala suerte, etc.

En el Ajedrez, tal como es jugado por los Maestros, prácticamente la suerte es eliminada.

La vida no nos debe nada, todo lo que el hombre recibe de ella lo ha de conquistar. Para ello debemos contar con nuestras propias fuerzas, sean físicas o espirituales, y si aparece un golpe de suerte, acogerlo como a un amable colaborador. Mas, el que pretenda mucho y aspira a salir vencedor, ha de empezar por fortalecerse, teniendo como premisa que la fuerza propia es la única arma que jamás le fallará. Esa fuerza bien puede ser el optimismo.

Si tu vida resulta ser buena y tienes una cantidad tremenda de suerte en tu vida, es una buena cosa darle la vuelta y hacer que eso funcione para los demás.

Por encima del talento están los valores comunes: disciplina, amor, buena suerte, pero, sobre todo, tenacidad.

Tuve suerte porque 1960 fue bisiesto y pude ser campeón un día mas. Pero eso no me preocupa, porque el titulo de campeón es provisional, mientras que el de excampeón es eterno.

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