La iluminación espiritual

Frases Kabir

Citas Kabir


Redúzcase a cenizas la asamblea en que Su Nombre no sea pronunciado. No vaciles mas; piensa solo en el Bien amado. Que tu corazón no adore a otros dioses. No es bueno adorar a otros dueños.

Se rapa la cabeza y tiñe sus vestidos; lee el Gita y se convierte en un charlatán.

Aquel que vive corporalmente siempre esta sediento, porque el objeto de sus afanes es imperfecto, aunque siempre surgen en el, y cada vez mas hondas, estas palabras, donde van fusionados el amor y el sacrificio: el es esto; esto es el.

Se fuerte y vuélvete a ti mismo. Ahí te hallaras en tierra firme Considera esto, oh, corazón mío. No te vayas a ninguna otra parte.

Es el espíritu inmanente en Brahma y en la criatura.

El mismo es el árbol, el grano y el germen. el mismo es la flor, el fruto y la sombra. el es el sol, la luz y todo lo que se ilumina.

Vaciá la copa. Embriágate. Bebe el divino néctar de Su nombre. Óyeme, querido Saha: desde la coronilla a la planta de los pies, el hombre esta envenenado por la inteligencia.

Los místicos del mundo insisten en decir que la verdad se conoce a través del silencio. Cuando dejas las palabras conoces la realidad, porque todas las palabras crean una barrera en tu mente.

Bajo el gran quitasol de mi Rey brillan millones de soles, de lunas y de estrellas.

Este día me es caro entre todos los días, porque hoy mi Señor bien amado es huésped de mi casa.

No había entonces ni comienzo, ni medio, ni fin.

Ni formas, ni cuerpo, ni extensión, ni aliento existe en el. ¿Como podría decirte lo que es? Esta en el camino de lo infinito, sobre el que desciende la gracia del Señor, y el que lo alcanza queda liberado de nacer y de morir.

Acerca los ojos al torrente de lagrimas de los nubarrones cargados de lluvia, y cúbrete el corazón con las sombras de la noche.

Contempla ese rosario con los ojos de la sabiduría.

He conocido en mi mismo el juego del universo; he escapado al error de este mundo.

óyeme, hermano mío, pocos son los que han hecho ese descubrimiento.

En ese vaso están los siete océanos y las innumerables estrellas. Dentro están el artífice y su piedra de toque.

Ahora, querido amigo, alza ligeramente mi velo, que es esta mi noche de amor.

Es verdadero Santo aquel que no te hace cerrar las puertas, ni retener el aliento, ni renunciar al mundo; el que te hace ver al Espíritu Supremo doquiera haya inteligencia; el que te enseña a conservar la calma en medio de la actividad.

Día y noche me apesadumbra una cruel angustia y no puedo dormir.

No soy libre ni prisionero.

Ahí late el ritmo de la vida y de la muerte. Ahí surgen los arrobamientos, todo el espacio radiante de luz.

Su gozo es el comienzo, el medio y el fin. Su gozo es visión, sombra y luz.

Esta inmerso en toda conciencia, en todo jubilo, en todo dolor.

Ni hablo ni escucho.

Y cuando venzo a la envidia todavía persisten mi vanidad y mi orgullo.

Sumérgete en ese océano de dulzura y deja que vuelen lejos todos los errores de la vida y de la muerte.

Mi corazón ha de buscar a mi Bien amado, he de quitarme el velo y unir a El todo mi ser. Mis ojos serán dos lámparas de amor.

Ni por un instante miraste al mundo frente a frente.

Los montes, el océano y la tierra danzan. Entre sollozos y carcajadas la humanidad danza.

óyeme, amigo mío: mi Señor bien amado se halla en ese vaso.

El sabio lo ve; el sabio lo canta.

Iré a la casa de mi Señor con mi Amado a mi lado, y hare entonces que suene la trompeta del triunfo.

Cuéntame, oh, cisne., tu antigua historia. ¿De que país vienes?, oh, cisne. ¿Hacia que riberas encaminas tu vuelo? ¿Donde descansaras, oh, cisne., y que es lo que buscas? Despiértate esta misma mañana, oh, cisne., levántate y sígueme.

Una peregrinación sin fin se sucede a Sus pies y millones de devotos se prosternan sobre ellos.

Un gozo frenético abrasa mi corazón y descubre todos los misterios ocultos en mi alma. Estoy sumergido en una inmensa felicidad que supera toda alegría y todo dolor.

El mundo entero -dice Caber- reposa sobre su juego; pero el jugador permanece desconocido.

Oh, hermano amadísimo. Nada es esencial sino la Verdad.

Esta palabra es: Maestro. Lo he escuchado y me he convertido en discípulo.

El es el Espíritu de mi espiritual es la Pupila de mis pupilas.

Escúchame. Mi corazón esta impaciente por encontrar a mi Bien amado, permanezco en mi lecho, sin sueño.

¿Quien te servirá, oh, Señor increado? Cada fiel adora al Dios que el se crea; cada día recibe sus favores.

Amo a quien puede ejecutar la melodía del infinito, uniendo en su vida el amor y el sacrificio.

Las palabras crean separación.

A menos de ver, no crees; lo que te dicen no puedes admitirlo.

Contempla, oh, hermano., al Señor en ese vaso, que es mi cuerpo.

Sirve a tu Dios, presente en este templo, que es la vida.

Óyeme, amiga mía. El comprende quien lo ama. Si no languideces de amor por el único Bien amado, es inútil que adornes tu cuerpo; es en vano que te pongas ungüento sobre los parpados.

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