La iluminación espiritual

Frases Gustave Le Bon

Citas Gustave Le Bon


Las voluntades débiles se traducen en discursos; las fuertes, en actos.

La elección de un sistema de educación es mas importante para un pueblo que su gobierno.

El progreso democrático real no es bajar a la elite al nivel de la masa, sino en elevar el nivel de la masa al de la elite.

El poderío de las palabras es tan grande que basta con elegir bien los términos para conseguir la manipulación de las masas.

En las arengas destinadas a persuadir una colectividad se pueden invocar razones, pero antes hay que hacer vibrar sentimientos.

Las civilizaciones se forjan con ideas; pero todavía se defienden con cañones.

Se encuentran muchos hombres que hablan de libertad, pero se ven muy pocos cuya vida no se haya consagrado, principalmente, a forjar cadenas.

La abundancia de palabras inútiles es un síntoma cierto de inferioridad mental.

La libertad no es con frecuencia para el hombre sino la capacidad de escoger su servidumbre.

El verdadero progreso democrático no consiste en rebajar la elite al nivel de la plebe, sino en elevar la plebe a la elite.

Las ideas mueven al mundo, pero no antes de transformarse en sentimientos.

Son las palabras y las formulas, mas que la razón, las que crean la mayoría de nuestras opiniones.

El hombre que pretende obrar guiado solo por la razón esta condenado a obrar muy raramente.

La mayor parte de nuestras opiniones son creadas por las palabras y las formulas, mucho mas que por la razón.

Para destruir un error hace falta mas tiempo que para darle vida.

Las civilizaciones se forjan con ideas; pero todavía se defienden con cañones solamente.

Una de las grandes ilusiones de la democracia es imaginar que la instrucción iguala a los hombres. En realidad no sirve frecuentemente sino para diferenciarlos mas.

Son las palabras y las formulas, mas bien que la razón, las que crean la mayoría de nuestras opiniones.

La mujer no perdona al hombre que, a través de lo que ella dice, le adivina lo que piensa.

Los pueblos viven sobre todo de esperanza. Sus revoluciones tienen por objeto sustituir con esperanzas nuevas las antiguas que perdieron su fuerza.

No labra uno su destino; lo soporta.

Cuando el error se hace colectivo adquiere la fuerza de una verdad.

Para progresar no basta actuar, hay que saber en que sentido actuar.

El verdadero conocimiento de si mismo haría generalmente muy modesto al individuo.

El artista es mediocre cuando razona en vez de sentir.

Cuando se posee la fuerza se deja de invocar a la justicia.

Retroceder ante el peligro da por resultado cierto aumentarlo.

La ciencia nos ha prometido la verdad; nunca nos prometió la paz ni la felicidad.

Las palabras provocan en el alma de las masas las mas formidables tempestades pero también tienen el poderío para calmarlas.

Las ideas envejecen mas deprisa que los hombres.

Un país gobernado por la opinión no lo esta por la competencia.

El orador que desee conmover a una muchedumbre debe emplear afirmaciones violentas, expresadas en términos abusivos. Deberá exagerar, repetir, eludir toda tentación por presentar pruebas razonables.

La anarquía esta en todas partes cuando la responsabilidad no esta en ninguna.

Quien gasta en palabras, rara vez gasta en acciones.

El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no esta convencido de ello, no es nada en la vida.

En las muchedumbres lo que se acumula no es el talento, sino la estupidez.

Las ideas envejecen mas pronto que las palabras.

Pensar colectivamente es la regla general. Pensar individualmente es la excepción.

Ya se trate de ciencia o historia, es preciso desconfiar de la ignorancia que se encierra bajo el termino fatalidad.

El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no esta convencido de ello no es nada en la vida.

La libertad, la mayoría de las veces, no es para el hombre mas que la facultad de elegir la esclavitud.

Gobernar es pactar; pactar no es ceder.

Hay ciertas formulas que parecen poseen un poder mágico temible. Millares de hombres se han dejado matar por unas palabras que jamás entendieron, y que, en la mayoría de los casos, carecían de sentido.

Cuando se exagera un sentimiento, desaparece la capacidad de razonar.

Cuando se posee la fuerza, se deja de invocar a la justicia.

La audacia sin juicio es peligrosa, y el juicio sin audacia, inútil.

El error es a veces mas generador de acción que la verdad.

Uno de los hábitos mas peligrosos de los hombres políticos mediocres es prometer lo que saben que no pueden cumplir.

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