Citas Gabriel Garcia Marquez
Es inútil que siga rezando. Hasta Dios se va de vacaciones en agosto.
El amor se hace mas grande y noble en la calamidad.
Lo que pasa es que en este país no hay una sola fortuna que no tenga a la espalda un burro muerto.
Si tienes ganas de cantar, canta –dijo el coronel-. Esto es bueno para la bilis.
Si yo hubiera sabido que mi hijo iba a ser presidente de la republica, lo hubiera mandado a la escuela.
Siento que la conozco menos cuanto mas la conozco.
Se hundió en una amable geografía, en un mundo fácil, ideal; un mundo como diseñado por un niño, sin ecuaciones algebraicas, sin despedidas amorosas y sin fuerzas de gravedad.
Lo único que llega con seguridad es la muerte.
Y padeció la certidumbre espantosa de que no volvería a dormir en el resto de su vida.
Si no le temes a Dios, témele a la sífilis.
En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces.
Recuerda siempre que lo mas importante de un matrimonio no es la felicidad sino la estabilidad.
Me alquilo para soñar. En realidad, era su único oficio.
Lo que pasa es que este país no hay una sola fortuna que no tenga a la espalda un burro muerto.
Ningún lugar en la vida es mas triste que una cama vaciá.
Siempre he dicho que uno envejece mas rápido en los retratos que en la vida real.
Yo imaginaba que alcanzaría un limite.
Prescribir es adquirir una propiedad por el transcurso del tiempo.
El cuerpo humano no esta hecho para los años que uno podría vivir.
Soy libre y me vendo yo misma.
Es inútil que siga rezando. Hasta Dios se va de vacaciones.
Estoy tan metido en la política que siento nostalgia de la literatura.
Entregare un Bolívar de carne y hueso.
Me desconcierta tanto pensar que Dios existe, como que no existe.
La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda, y como la recuerda para contarla.
Un hombre solo tiene derecho de mirar a otro hacia abajo cuando tiene que ayudarlo a levantarse.
-La ilusión no se come -dijo ella. -No se come, pero alimenta -replico el coronel.
Hace un siglo me cagaron la vida con ese pobre hombre porque éramos demasiado jóvenes, y ahora nos los quieren repetir porque somos demasiado viejos.
Todos los sueños con pájaros son de buena salud.
Dice que se esta muriendo por mi, como si yo fuera un cólico miserable.
La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.
Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a si mismos una y otra vez.
Esa mujer es tu perdición… te tiene embobado, que un día de estos te veré retorciéndote de cólicos, con un sapo metido en la barriga.
La creación intelectual es el mas misterioso y solitario de los oficios humanos.
El amor es tan importante como la comida. Pero no alimenta.
Lo mas importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir no cuando es no.
Escribir bien es un deber revolucionario.
El amor es un sentimiento contranatural que une a dos desconocidos en una relación mezquina e insalubre, cuanto mas intensa, tanto mas efímera.
Poco a poco fue idealizándola, atribuyéndole virtudes improbables, sentimiento imaginarios, y al cabo de dos semanas ya no pensaba mas en ella. Así que decidió mandarle una esquela simple escrita por ambos lados con su letra de escribano.
Ninguna persona merece tus lagrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
Cuídate el corazón… te estas pudriendo vivo.
El barco donde estaba el paraíso.
En realidad, el único momento de la vida en que me siento ser yo mismo es cuando estoy con mis amigos.
Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate mientras los hombres tratan de empujar la historia. Al final, uno se pregunta cual de las dos cosas será la menos sensata.
Recordó un viejo adagio español: Que no nos de Dios lo que somos capaces de soportar.
Nunca seré viejo -le dije entonces-. Ella lo interpreto como un propósito heroico de luchar sin cuartel contra los estragos del tiempo, pero el fue mas explicito: tenia la determinación irrevocable de quitarse la vida a los sesenta años.
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.
Era un desconocido mas en la ciudad de los desconocidos ilustres.