La iluminación espiritual

Frases Francisco De Asis

Citas Francisco De Asis


Con cuanto mas amor puede uno de nosotros amar y nutrir a su hermano en el espíritu.

Hemos sido llamados para curar las heridas, para unir lo que se ha venido abajo y para llevar a casa a los que han perdido su camino.

La tentación vencida es, en cierto modo, el anillo con el que el Señor desposa consigo el corazón de su servidor.

Que la paz que anuncian con sus palabras estén primero en sus corazones.

Si tu, siervo de Dios, estas preocupado, debes recurrir inmediatamente a la oración y postrarte ante el Señor hasta que te devuelva la alegría.

Amad a vuestros enemigos y haced el bien a aquellos que os odian.

La oración es un verdadero descanso.

Es en el dar que recibimos.

Mientras estas proclamando la paz con tus labios, ten cuidado de tenerla aun mas plenamente en tu corazón.

Donde hay caridad y sabiduría, no hay temor ni ignorancia.

Es dándose como se recibe, es olvidándose de si mismo como uno se encuentra.

Mientras estas proclamando la paz con tus labios. Ten cuidado de tenerla aun mas plenamente en tu corazón.

Comencemos a servir, hagamos nuestro mejor esfuerzo. Lo que hemos hecho hasta ahora es poco y nada.

Lo que haces puede ser el único sermón que algunas personas escuchen hoy.

Es feliz quien nada retiene para si.

Toda la oscuridad en el mundo no puede apagar la luz de una sola vela.

Comienza haciendo lo necesario; luego haz lo posible y de repente estarás haciendo lo imposible.

Allí donde reinan la quietud y la meditación, no hay lugar para las preocupaciones ni para la disipación.

El que trabaja con sus manos es un trabajador. El que trabaja con sus manos y su cabeza es un artesano. El que trabaja con sus manos, su cabeza y su corazón es un artista.

Por encima de la gracia y regalos que Cristo da a sus amados, esta la de superarse a si mismo.

El hombre, al no poseer nada propio, pertenece a Dios.

Terrible es la muerte., pero cuan apetecible es también la vida del otro mundo, a la que Dios nos llama.

La verdadera enseñanza que trasmitimos es lo que vivimos; y somos buenos predicadores cuando ponemos en practica lo que decimos.

El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el hijo de Dios aparece sobre el altar en las manos del sacerdote.

Todo el bien que hagamos, hay que hacerlo por amor a Dios, y el mal que evitemos hay que evitarlo por amor de Dios.

Amemos a Dios y adorémosle con corazón sencillo.

Necesito pocas cosas y las pocas que necesito, las necesito poco.

Recuerda que cuando dejes este mundo, no puedes llevarte nada que hayas recibido; solo lo que has dado.

Jesucristo llamo amigo a aquel que lo entregaba y se ofreció espontáneamente a los que lo crucificaron.

Todos los hermanos deben predicar a través de sus obras.

Entretenerse en buscar defectos al prójimo es prueba suficiente de no ocuparse apenas de los propios.

Cada criatura en desgracia tiene el mismo derecho a ser protegida.

Luchemos por alcanzar la serenidad de aceptar las cosas inevitables, el valor de cambiar las cosas que podamos y la sabiduría para poder distinguir unas de otras.

Es siervo fiel y prudente el que por cada culpa que comete, se apresura a expiarlas: interiormente, por la contrición y exteriormente por la confesión y la satisfacción de obra.

Es muriendo como se resucita a la vida eterna.

Sin la oración nadie puede progresar en el servicio divino.

Que la paz que anuncian con sus palabras este primero en sus corazones.

Por una pequeña recompensa se pierde algo que es inestimable y se provoca fácilmente al dador a no dar mas.

Dichoso quien no tiene mas gozo y alegría que las palabras y obras del Señor.

El diablo se alegra, sobre todo, cuando logra arrebatar la alegría del corazón del servidor de Dios.

Ama de veras a su enemigo el que no se duele de la injuria que se le hace, sino que por el amor de Dios, se requema por el pecado que hay en su alma.

Cuando la alegría espiritual llena los corazones, la serpiente derrama en vano su veneno mortal.

Santifícate a ti mismo y santificaras a la sociedad.

Si existen hombres que excluyen a cualquiera de las criaturas de Dios del amparo de la compasión y la misericordia, existirán hombres que trataran a sus hermanos de la misma manera.

Es perdonando que somos perdonados.

Predica el evangelio en todo momento y cuando sea necesario usa palabras.

Ninguna otra cosa hemos de hacer sino ser solícitos en seguir la voluntad de Dios y en agradarle en todas las cosas.

Espíritus malignos y falsos, haced en mi todo lo que queráis. Se bien que no podéis hacer mas de lo que permita la mano del Señor. Por mi parte, estoy dispuesto a sufrir con mucho gusto todo lo que el deje.

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