La iluminación espiritual

De la era de la discordia a la era del corazón

POR: PATROCINIO NAVARRO

Imagen; De la era de la discordia a la era del corazón; Patrocinio Navarro

VIVIR TODOS EN UN MUNDO JUSTO

El Sur se mueve cansado de morirse. De la patera al cayuco, naufragando en los mares y ahogándose, o caminando cientos de kilómetros, saltando vallas y muros, el hijo del Sur intenta espantar para sí y los suyos los fantasmas creados por los explotadores propios y los ajenos: hambre, guerra, enfermedad. Ya descubrieron que el Planeta Tierra no se creó para el neoliberalismo y sus multinacionales, sino para que todos pudiéramos vivir sobre él. Los gobiernos locales intentan abrirles las puertas de salida y sacudírselos, pero no es la solución. Ni las ONGS. Ni las repatriaciones.

El ejemplo de lo que está sucediendo en el norte de África puede cundir en otros lugares, porque la gente se está hartando de ser pobre y ya en Europa se dan las primeras muestras de un despertar, de un basta ya. Lo significativo de este nuevo despertar de la conciencia, que tiende a ser mundial, es su carácter pacífico. Hoy día, a diferencia de épocas pasadas en que se predicaba la revolución violenta, los pueblos no desean conseguir la justicia por medio de la violencia, sino mediante el diálogo sustentado en otra clase de fuerza: en la fuerza que producen juntos los sentimientos de unidad, fraternidad, igualdad y justicia para conseguir el bien común.

Entre tanto, guerras, migraciones forzadas y cambio climático, unidas a otras como el verse expulsadas de las tierras de sus antepasados comunidades enteras por la voracidad capitalista y caciquil, producen miserias infinitas y empujan a las poblaciones a salir de sus aldeas y países. El causante directo o indirecto es siempre el capitalismo egoísta e injusto de las cuatrocientas o quinientas familias que dirigen este Planeta. ¿Habrase visto mayor egoísmo, mayor insensibilidad?

¿Cabe alguna solución?...Si nos dejamos llevar por el pesimismo, es fácil contestar a eso. Si somos posibilistas podemos pensar que solo una red bien estructurada de inversiones por parte de la comunidad internacional, una red financiera mundial controlada por los pueblos y no por políticos al servicio de los bancos, puede crear puestos de trabajo, remodelar la agricultura, aumentar los regadíos, crear industrias y escuelas de formación profesional y de formación básica, y ayudar a cambiar radicalmente las condiciones de vida a todos los niveles, incluidos quienes viven en los submundos de este mundo. Todas estas soluciones, que serían justas, chocan frontalmente contra el Sistema en todos sus aspectos. Por desgracia, la justicia es un sentimiento que, como todos, no se puede imponer; brota de un modo natural en las almas nobles, y va unida a otros sentimientos y aspiraciones como libertad, fraternidad, igualdad o unidad. Por eso la clave es ennoblecerse cada uno para conseguir unirnos y vivir todos en un mundo justo, igualitario, libre y fraternal. Esta es la tarea social pendiente Ahora bien, el mencionado cambio de conciencia de cada uno es lo único que puede conducir al verdadero cambio social que precisamos.Un cambio que cuando se produzca, y así está profetizado por Cristo, dará lugar a Su Reino de la Paz. Ya está bien de matarnos entre nosotros y cargarnos de un karma de sufrimiento infinito, pues todo aquel que mata será muerto en esta o en otra vida para que comprenda, expíe y aprenda. El quinto de los Mandamientos de la ley divina nos previene: No matarás. Y no tiene letra pequeña.

La paz, pues, más que una cuestión de tiempo, depende del despertar de la conciencia. Los plazos los pone cada uno, pero llegará el día en que entre todos pondremos en hora el reloj del futuro de la humanidad y será la hora la hora de la libertad, la unidad y la fraternidad entre todos los pueblos: la Era del Corazón.


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