La iluminación espiritual

Todo está bien

Cuento Zen (252)

Una tarde, un discípulo intrigado le preguntó a su mentor:

Maestro, ¿Nunca te acontecen situaciones difíciles o que no puedes resolver? No entiendo cómo es que siempre dices; Está bien, todo está bien, en todo momento que se te pone al corriente de alguna contrariedad o se te presenta alguna vicisitud.

El maestro sonrió y con una mirada apacible dijo:

Es que cuando todo está bien, está bien.

Pero ¿Por qué? ¿Cómo es posible que siempre todo esté bien? Preguntó escéptico e incluso un poco irritado el discípulo.

El maestro explicó:

Porque cuando no puedo solucionar una situación en el exterior, la resuelvo en mi interior, cambiando de actitud hacia esa circunstancia. Simplemente, cambio o corrijo todas las cosas que dependen de mí, y las cosas que no puedo cambiar las acepto y me adapto a eso. Ningún ser humano puede controlar todos los escenarios o situaciones externas que se les presentan, pero sí puede aprender a controlar su actitud y emociones ante las mismas. Por eso, para mí, todo está bien.

MORALEJA

Demostrando la existencia y la inmortalidad del alma, tu interior reaviva la fe, levanta los ánimos abatidos y hace soportar con aceptación las vicisitudes de la vida. Interésate en tu alma, por muy increíble que sea; es una verdadera luz para las situaciones difíciles.

La actitud de la espiritualidad es de cooperación, no de conflicto. La actitud de la espiritualidad no es de ir contra la naturaleza, sino de estar con ella, de admitir la naturaleza, de dejar que tome su curso, de cooperar con ella, de acompañarla. La verdadera espiritualidad tiene una actitud de gran relajamiento.

Quien equipará lo visible con lo invisible, no temerá a las situaciones difíciles de la vida y de la muerte.