La iluminación espiritual

Bienaventuranza # 3

POR: JESUS EL CRISTO

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LOS MANSOS

Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la Tierra.

Mansedumbre, humildad, amor y bondad van dándose la mano. Quien ha llegado a ser amor desinteresado, también es manso, humilde y bondadoso. Está lleno de sabiduría y fuerza.

Los hombres que estén en Mi espíritu, los que amen desinteresadamente, poseerán la Tierra. ¡Oh ved!, el camino al corazón de Dios es el camino al corazón del amor desinteresado. Del amor desinteresado fluye la paz de Dios.

Los hombres que se han encaminado hacia el corazón de Dios, y los hombres que ya viven en Dios, obran para el Nuevo Tiempo, enseñando a todos los hombres de buena voluntad el camino a Dios. Con ello toman posesión de la Tierra más y más en Mi espíritu.

Los que aman desinteresadamente son los que vivirán en el Reino de Dios en la Tierra, en el Reino de Paz. ¡Alegraos, los que ya ahora andáis por el camino al corazón de Dios! Sois en Mí los que preparáis el camino -y pioneros- para el Nuevo Tiempo. Muchos de vosotros encarnarán en el Nuevo Tiempo, en el reino de luz, y traerán consigo lo que hayan realizado en Dios, porque ya recorren el camino que lleva allí. Alegraos y estad agradecidos por la purificación y limpieza de vuestras almas, pues Me veréis a Mí y viviréis y estaréis conscientemente en Mí y conmigo.

Venid a Mí todos los que estéis fatigados y cargados, y Yo os daré paz. Tomad sobre vosotros Mi yugo y aprended de Mí, que Soy manso y humilde de corazón, y hallaréis paz en vuestras almas; pues Mi yugo es equilibrado y ligero, y Mi carga pequeña, sin que pese desequilibradamente.

Yo, Cristo, explico, rectifico y profundizo la palabra:

A los sabios y listos, lo que significa los hombres intelectuales y egocéntricos, les está oculta la verdad, dado que la tapan con su forma egocéntrica de pensar y actuar. Sin embargo, a los hombres humildes y mansos, que aspiran a alcanzar la verdad, les es revelada en todas las facetas por el Eterno, a través de Mí -y les es manifiesta para su vida en Dios.

Nadie conoce al Padre, excepto el Hijo, que vive en el Padre. Yo, el Hijo, personifiqué en Jesús a la humanidad, la cual encontrará su filiación de hijos e hijas -que es una hermandad-, la unidad conmigo, el Cristo; pues quien haya aceptado y acogido al Hijo, a Mí, el Cristo de Dios, también conocerá al Padre, que vive en el Hijo y a través del Hijo -y en aquellos y a través de todos aquellos que viven el evangelio del amor y lo personifican en su vida diaria.

Quien venga a Mí, el Cristo, que vive en lo más interno de cada hombre, y Me entregue sus fatigas y su carga y en adelante viva más y más en Mí, alcanzará a través de Mí la paz interna -y traerá la paz al mundo-. Solo se volverá manso y humilde el que venga a Mí y permanezca en Mí. Su yugo también será una parte de Mi yugo; entonces será más fácil de llevar para él, pues Yo Soy la fuerza sustentadora para todas las almas y hombres. Y también su carga se hará ligera y no pesará desequilibradamente sobre él, pues Yo sustento por todas las almas y hombres.


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